Me siento incomprendida,
pensaba que esto era lo que quería, lo que siempre había soñado, pero hay algo
dentro de mí que me dice que no, que esto no es lo mío, que esto no me llena.
No sé porqué pero parece que nadie me entiende, nadie se puede poner en mi lugar
y ver cómo me siento. ¿No hay nadie que
pueda decirme qué me pasa, por qué estoy así?
Siento que esta no es mi vida,
siento que está controlada, pero tampoco sé que es lo que quiero para poder
parar esta fuerza que me hace seguir con esto.
Pero no hay mas verdad que
esta: no sé lo que quiero. Es así de simple. Nos hacen elegir demasiado pronto,
sin mostrarnos nada más que aquello que quieren que nosotros veamos, no nos
dejan experimentar antes de enfrentarnos a nuestra realidad, a este mundo que
se nos presenta como hogar. Todo se reduce a unas cuantas cosas, y ya, ahí
queda la cosa, no puedes ver más allá de lo que muestra tu barrio, tu pueblo...
No nos dejan experimentar, descubrir... por nosotros mismos, la sociedad viene
dada de una forma y no hay más, aunque lo cierto es que sí, pero no podemos ver
esas formas, porque nos salimos de lo "normal", de lo que ésta rige.
Vivimos engañados.
En mi vida falta algo, pero aún
no sé qué es. Nadie me quiere ayudar, nadie intenta comprenderme, todos dicen
que esta es mi vida, que esto es lo que me gusta, que esto es lo que quiero,
pero siento mi vida vacía a pesar de tenerlo todo, aunque tampoco sé qué
entender por todo; para un indigente,
todo sería tener una casa a la que poder llamar hogar, no un banco o la entrada
de un banco, todo para alguien que vive acostumbrado a tener caprichos sería
esos caprichos que tiene, todo para un niño es tener ese juguete que acaban de
anunciar en la tele, todo para una abuelita es tener al amor de su vida todavía
junto a ella, todo para una madre es que a sus hijos no les falte de nada.
Todo, que palabra más simple y compleja a la vez.
Estoy deambulando sin rumbo por
una ciudad a la que llamo hogar, el sol y la música son mis únicos acompañantes
en este desastre que es mi vida, por ahora. Pongo la música a todo volumen para
que ahogue mis pensamientos y no pueda pensar en nada más que en la canción y
sentir el sol sobre mí, sobre mi piel. Observo sin ser observada, me siento
como en un videoclip donde yo puedo verlo todo sobre los demás, pero ellos no
pueden verme a mí, aunque si me ven, pero no me importa, solo verán a una
adolescente como otra cualquiera escuchando música mientras va de algún lado a
casa, porque es la hora de comer. Lo cierto es que no quiero volver a casa, ni
seguir el camino a casa, ese camino indica rutina, indica que esto no es un
sueño, sino la vida misma, indica que me siento incomprendida en un mundo que
no quiere ver más allá de lo que quiere ver. Quiero perderme entre estas calles
y no regresar a casa hasta que el mundo se haya parado el tiempo suficiente
como para saber que quiero hacer conmigo misma, que quiero hacer con mi vida,
si es este el camino que quiero seguir.
Estoy pasando por el parque que hay antes de
cruzar y llegar a casa, hay una familia con dos críos que vuelven a casa después
de una mañana de colegio. Los chavales están en los columpios y no quieren irse
a casa, quieren jugar, y sus padres insisten. La madre va a por uno de ellos y
lo coge, el otro, viendo los planes del padre, se resiste y no se suelta del
columpio ni queriendo. Al final cede al verse solo sin su hermano.
Que feliz es uno siendo una
niña, que tu mayor enfado no dura más de tres minutos, que tu mayor preocupación
es no perderte tu serie favorita, que tienes tu vida resulta por tus padres, y
que al obligarte ellos a hacer algo, sabes si lo quieres o no. ¿Por qué se
complica tanto la vida a medida que vamos creciendo y siendo mayores? ¿Por qué
no puede ser todo siempre un juego? ¿Por
qué debemos regirnos por las reglas que marca esta sociedad? ¿Por qué debemos
depender de unos tíos que no nos conocen para poder vivir bien, esos que se
hacen llamar políticos?
El semáforo ya está en verde,
pero paso de largo y sigo la calle, no quiero volver a casa, quiero perderme en
esta ciudad y encontrarme a mí misma, saber qué hay mal dentro de mí, o que es
lo qué está incompleto, qué es lo que está vacío dentro de mí, qué es lo que
necesito, qué es lo que quiero. Quiero saber más de mi.
Paso por la sombra de un árbol que
hay en la acera, y me da frío, parece que es un día primaveral, pero lo cierto
es que aún es invierno, los rayos de sol hacen que mi cuerpo este calentito y
la bufanda me estorbe, tengo calor. Creo que eso es lo único que tengo claro a día
de hoy sobre mí, que tengo calor, y no es algo que pueda decir que sea un estado
fijo, porque cuando esté en una zona ensombrecida tendré frío o cuando llegue
la noche.
¿Tanto trabajo cuesta que
alguien venga a mí y me diga qué es lo que me pasa?
Camino y camino, sin medir mis
pasos, la distancia a la que estoy de mi casa, sin tener un destino claro que, directamente
no lo tengo. Solo camino, ahora giro a la izquierda y ahora no, me dejo llevar
por primera vez desde hace mucho tiempo, no quiero ser dueña de mi vida, solo
quiero caminar, caminar sin parar.
La canción no para de repetirse cada pocos
minutos y casi que ya me la sé de memoria, a pesar de estar en inglés y no
entender ni jota, pero no me importa. Por la melodía puedo deducir que es una canción
triste, y mi estado de ánimo la necesita, no sé si será de desamor, de alguna
perdida, pero le hace bien a mi alma. Necesito un tiempo para mí misma, y esta canción
es perfecta.
Close
the door, turn the key,
On everything that we could be.
If loneliness would move out,
I'd fill the vacancy.
On everything that we could be.
If loneliness would move out,
I'd fill the vacancy.