miércoles, 10 de septiembre de 2014

Monólogo final "El Barco"

El 6 de Agosto de 1945 una bomba estallaba en la ciudad japonesa de Hiroshima. Mataba en el acto a 120.000 personas. 250.000 murieron más tarde por efecto de la radiación. El 25 de Septiembre de 2010, el acelerador de partículas del FND situado en el subsuelo de la ciudad suiza de Ginebra, sufrió un accidente y mató a 6.840.000 de personas. Sólo un puñado de seres humanos  sobrevivieron al Apocalipsis, entre ellos, Ainhoa; entre ellos, Ulises.
Dicen que el amor es una trampa de la naturaleza, concebida para perpetuar la especie. Puede que sea así. Pero para mí, el amor es lo que me ayuda a conjugar la tierra, a conjugar bocanadas de aliento. El amor es más poderoso que cualquier cosa. Porque no hay bomba atómica, ni acelerador de partículas que pueda destruirlo. Ni cuatro disparos en el pecho, ni una mentira piadosa. Cuando el mar se tragó el mundo, pensamos que habíamos perdido nuestro hogar para siempre, pero no era cierto, el hogar no son cuatro paredes y un techo, ni una hipoteca a 30 años. Es mucho más. Es la gente a la que quieres.
Dejar volar a la imaginación y escapar volando con ella. Muestra tus sentimientos y emociones y escapa con ellos. Camina, salta, brinca, vuela... Sé libre. Que nadie te retenga en esta oscuridad aunque quiera ella. Que nada te retenga, más allá que tus sueños.

Deja que tus sueños broten de aquella oscuridad que penetra en tu cerebro, y que salgan y florezcan a la luz como rosa en pleno invierno, brillando sobre el resto. Que se vean desde la distancia, que destaquen en ese fondo grisáceo donde mueren los sueños de los demás. Que te llamen loco por lograr lo que nadie ha logrado, pues será bien recibido ese adjetivo si significa "luchar por lo que quiero; lograr mis sueños".

Huir hacia la locura

La única forma de escapar de la locura es huir, huir hacia ella. Huir a un mundo donde el límite entre lo real y lo imaginario está marcado por nosotros mismos. Un mundo donde podemos estar rodeados de aquello que más apreciamos, esté o no presente en la vida real. Un mundo donde podemos manejar nuestro destino y cambiarlo cada vez que se nos antoje, hasta conseguir aquello que queremos. Da igual si así "perdemos" los valores de vivir, en este caso no importa si caemos y nos levantamos las veces que haga falta, sino de ser feliz, aunque sea a través de juegos sucios creados por nosotros. Carpe diem.